martes, 28 de diciembre de 2010

Nuestra responsabilidad ante Wikileaks

Este post estaba considerado para tocar el tema de las tecnologías de la información (TI) como instrumento para la democracia, sin embargo un lector del blog me comentó que le gustaría ver una opinión en este espacio sobre el tema de Wikileaks, por lo que tratándose de algo muy relacionado lo abordaré con una aproximación al tema original.
Para aquellos que aún no saben que es Wikileaks y por qué el tema ha merecido tanta atención, resumiré diciendo que es una página de internet que presenta temas considerados secretos o clasificados por el gobierno de los Estados Unidos, la cual ha sido filtrada a una organización no gubernamental que promueve la libertad de acceso a la información como un derecho.
Esta página se dio a conocer con un video llamado “Muerte Colateral” que presenta imágenes de un helicóptero de combate estadounidense disparando y dando muerte a civiles en Baghdad, dentro de los cuales se encontraban dos reporteros durante el período de la guerra de Iraq. Las últimas filtraciones están relacionadas con cables clasificados de las embajadas estadounidenses a través del mundo y de acuerdo a su fundador,  posee información filtrada que próximamente será abierta al público acerca de los bancos y el sistema financiero.
Indistintamente de la polémica que esto ha causado, de los escándalos mediáticos de los que ha sido protagonista el creador de Wikileaks por una demanda que pesa sobre él y los intentos hasta ahora infructuosos por desactivar la pagina de la red por los distintos servicios en donde se ha hospedado; considero que  lo importante es las consecuencias y los retos que este hecho nos plantea.
Estamos nuevamente frente a otro cambio de paradigma generado por las tecnologías de la información; en esta ocasión se rompe la barrera del acceso a la información clasificada ,tanto de los gobiernos como de las iniciativa privada (en caso de publicarse la información  referente a los bancos), y creo que lejos de preguntarnos quién lo hizo, por qué lo hizo y cómo se hizo; debemos concentrarnos en el hecho de que las cosas hechas están y ahora tenemos acceso y una responsabilidad ante el acceso a este tipo de información. 
Desde sus inicios, la red ha cambiado la forma en la que nos comunicamos y obtenemos información de uso común, posteriormente cambió la forma en la que escuchábamos,  obteníamos e intercambiábamos música, vídeos, fotos y archivos en general. Últimamente las redes sociales han revolucionado el mundo de la información personal, la forma de relacionarnos y hacer amigos a través del mundo; muchos son los cambios que hemos experimentado en la forma de realizar compras y divertirnos a través de la red y sin duda alguna nos queda aún mucho por ver; pero ahora con Wikileaks, llegó el tiempo de cambiar la forma en la que accedemos a información clasificada.
Pero... ¿qué representa esto? como todo en la red, este acontecimiento va a tomar la dimensión que nosotros como ciudadanos y usuarios le queramos dar. Hasta el momento dentro de mi entorno cercano he detectado principalmente tres tipos de reacciones; aquellas personas que ven el acontecimiento como un show mediático y se aproximan a la información como una forma de enterarse  lo que consideran “los chismes de la política”, otras que acceden a la información  como algo que “todos ya sabíamos pero nadie confirmaba” y otros que le dan un tratamiento más objetivo y la utilizan para demandar respuestas a ciertas problemáticas.
En la mayoría de los tres casos lo que me inquietó no fue el tipo de aproximación o la interpretación de la información, sino la pérdida de nuestra capacidad de asombro y lo acostumbrado que estamos no sólo a ver sino sobre todo a aceptar o sentir como normales una serie de acontecimientos que nos lesionan como ciudadanos.
Exceptuando el caso de los documentos relacionados a la guerra de Iraq, que plantean casi en su totalidad asuntos relacionados a los Estados Unidos, las demás filtraciones por tratarse de cables diplomáticos, incluyen información relacionada con nuestros países, en donde encontraremos escándalos en temas tan variados cómo malversación de fondos, daño ambiental, financiamiento ilegal de partidos, desviación de recursos, presiones internacionales sobre jueces locales, entre muchos otros asuntos.
La pregunta es ¿qué ha pasado en tu país? y más importante aún ¿qué harás con esa información? ¿serás una persona que ven las cosas como algo normal? o ¿serás un ciudadano que demandará explicaciones y soluciones?
Es deber de los gobiernos rendir cuentas a sus ciudadanos, pero también es  obligación de los ciudadanos actuar como electores responsables que acuden a las urnas y participan en la política a fin de exigir respuestas y resultados.
El cambio apenas inicia en cuanto al acceso a  la información clasificada, a Wikileaks le sigue una nueva plataforma denominada Open Leaks que en un futuro aparecerá como una página en donde los periodistas e investigadores podrán filtrar información clasificada sin miedo a sufrir represalias. Tendremos que ver y participar de esta nueva apertura de la información, pero la principal pregunta sigue ahí ¿cuál es nuestra responsabilidad ante esta información?
Yo en lo personal, me quedo con la afirmación de diversos académicos e investigadores que contemplan al fácil acceso a la información como una elemento fundamental para el desarrollo de la democracia y sostengo que nuestra responsabilidad ante esta información es no sólo difundirla objetivamente, sino utilizarla responsablemente para tomar decisiones y demandar a nuestros gobernantes actuaciones transparentes, eficaces y coherentes que redunden en un bienestar mayor para nuestra comunidad.

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